El rei dels cels d’Aitana
El Quebrantahuesos és un dels voltors més amenaçats del món. Actualment la seua presència està associada a xicotetes poblacions que sobreviuen als Pirineus, els Alps o els Pics d’Europa, però fa uns segles també va regnar els cels d’Aitana.
La seua presència històrica a terres valencianes és poc coneguda, però recents estudis ornitològics i històrics han aportat interessants avenços, fent notar que aquesta rapinyaire era molt més comuna a les nostres muntanyes del que es pensava feia uns anys.
El major expert al respecte és el professor de la Universitat d’Alacant Abilio Reig-Ferrer, que ha publicat una síntesi d’aquesta au (de la que no es coneix un nom concret per definir-la, a excepció de Crebalòs a Castelló o Trencalòs) al llibre “Rapaces Diurnas de la Comunitat Valenciana” (1).
Aquest voltor, conegut per la seua habilitat per a trencar óssos per tal de menjar-se el seu interior, va patir una terrible llegenda negra que el va acompanyar en el seu desgraciat procés d’extinció (2). Una bona mostra d’aquesta llegenda la tenim, precisament, a la serra d’Aitana, amb una història que va quedar registrada al curiós document titulat Nueva relación de los horrorosos estragos causados por una fiera, y como por intercesion de Santa Barbara pudieron librarse de ella (Anònim, 1797).
En 1797 un ocell considerat com a un veritable monstre, va ser acusat de menjar-se un xiquet de sis anys a Benimantell, posar fi a la vida d’un pastor i atacar nombrosos ramats.
Un grup de persones armades aconseguiren, amb la intersecció de Santa Bàrbara, trobar el niu (en una cova) i exterminar el que sembla que és un dels últims quebrantahuesos de terres valencianes.
La història, amb forma de poema, mereix ser llegida en conjunt (vegeu més avall) i resulta una interessantíssima aportació a l’advocació de Santa Bàrbara i, sobretot, a l’ecologia de la serra d’Aitana a finals del segle XVIII i la dolenta relació dels éssers humans amb les aus rapinyaires (4). Gràcies a aquest descobriment, ara sabem que el majestuós “Quebratahuesos” era el rei del nostre cel fa dos-cents anys.
[...] Hay en Valencia un lugar que es Benimantel nombrado, poco distante del mar, en un monte situado, en lo áspero sin par. De aquí salió una muger con un niño de la mano, por el campo con placer, como aquel ángel humano se deba tanto ha querer. Hera el niño de seis años; quando vieron de repente venir, aciendo mil daños, un pájaro del tamaño y la figura siguiente. Hera el ave corpulenta, pues para llenar su vientre, que de carne se alimenta, con un carnero que encuentre al día, no está contenta. Son sus uñas, si me esplico, agudas de presa y robo, ave que no tiene pico y es muy semejante al lobo en la cabeza y ocico. Haciendo del viento escalas buela muy alto y ligero, y de las furiosas balas mejor que el avestruz fiero se defiende con sus alas. Si alguna res encontraba o algún hombre y retozando le mordía y no mataba, la mordedura sanaba, mas él moría rabiando. El niño despedazó por más que la madre voces en aquella ocasión dio, y entre sus garras feroces lo que no comió llevó. Ella, porque se ocultó en un áspero riscal, del pájaro se libró; vino al pueblo y de su mal a todos cuenta les dio. Algunas gentes salieron por lo que ésta les contaba, y por ella le siguieron donde los bestigios vieron de lo que se lamentaba. Al pájaro, que llevó hasta su nido la presa del niño que destrozó, segunda vez con gran priesa a buscar otra volvió. Y encontró con tres pastores que estaban con atención gozando de los primores de un arroyo la canción y fragancia de las flores. Así estaban divertidos con sus ondas y cayados quando viéronse afligidos de aquel monstruo perseguidos y con rigor acosados. Los dos con gran devoción Santa Bárbara invocaron que en semejante ocasión nunca los Santos negaron a nadie su protección. El otro se encomendó a su valor y sus brazos, y en breve esperimentó que entre sus agudos lazos degollado feneció. Interin se libertaron los otros dos que quedaban fueron al pueblo y contaron todo lo que les pasaba y todos se orrorizaron. Creciendo la devoción de esta Santa milagrosa, que siempre su intercesión es con Dios tan poderosa en cualesquiera ocasión. Empezóse a divulgar por sucesos tan estraños, de uno en otro lugar, de este pájaro los daños que causaban sin cesar. Ya por su rigor tan fiero se hallaba muerto un pastor, destrozado un pasagero, casi muerto un labrador, mal erido un jornalero. Ya los ganados faltaban, ya los pastores uían, las gentes no caminaban ya algunos que el ave veían al Rey del Cielo clamaban. Quien vió las gentes andar con escopetas y espadas, esperarlas y tirar, las balas rechazadas, bolver sin darle pesar. Quién vió todos a una voz en el Santo Templo orar, al próximo perdonar pidiendo todos a Dios que era su enojo aplacar. Veinte personas supieron que en este pais rabiaron que de este pájaro fueron mordidas, y no contaron los que a sus garras murieron. De cabezas de ganado ciento y cincuenta se halló que el pájaro ha destrozado, quando el pueblo se animó para ir contra él armado. Guiados por un pastor a quien le llevó un cordero de los suyos el mejor, y él les siguió con fervor hasta ver su paradero. Y viendo la gente armada los encaminó a una gruta entre riscos socavada. donde el ave estaba oculta en caso muy descuidada. Entre todos discurrieron cercar la cueba de leña y con sigilo lo hicieron, que se la ofreció breña que en aquellos montes vieron. Y teniendo antes cerrada la cueba por cosa cierta con una piedra pesada que pusieron a la puerta porque no fuese escapada. Prenden a la leña fuego hasta tanto que abrasaron esta cueba sin sosiego y aquellos riscos saltaron y hecha un carbón se dio luego. Murió este monstruo en el año mil setecientos noventa y siete, a veinte de mayo, como en el país lo cuenta quien vió y conoció su daño. Pidamos todos a Dios y a Santa Bárbara leales nos libre de lances tales porque le alabemos nos en los Reynos celestiales.
Pablo Giménez Font
(Agraiment a Ángel Sánchez Pardo per fer-nos arribar la història.)
Notes:
(1) Reig Ferrer, A. (2019): “sobre el conocimiento antiguo del quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) y su presencia histórica en la Comunidad Valenciana” en Rapaces Diurnas de la Comunitat Valenciana. València: Generalitat Valenciana, pp. 169-199.
(2) Reig Ferrer, A. (2015): “El mito del quebrantahuesos depredador de seres humanos” Argutorio 34, 69-79.
(3) El text i la figura estan reproduïts a Castañeda, V. (1927) “Por su amor a los libros (cuento para bibliófilos)” Boletín de la Real Academia de la Historia 93: 326-432
(4) En Años y Leguas, Gabriel Miró ens narra amb crudessa com, a principis del segle XX, mataven águiles reials al Penyó del Diví.