El casamiento de Elvira Llobet y su familia
Durante el siglo XIX en Sella encontramos una serie de sucesos realmente curiosos, personajes ejemplares y cambios sociales y políticos que nos llevan a nuestro presente. Desde finales del siglo anterior hasta el XIX ciertas familias se enriquecieron notablemente (o más de lo que estaban) y otras nuevas llegaron, como el caso de los Thous y los Pons. Hoy en día parece un cuento aquello de las fortunas que los Cerdá y Giner y otros tenían, aquella historia del descubrimiento del tesoro del Divino. Las casas y masías, en otro tiempo relucientes y señoriales, ahora son escombros.
A mitad del siglo XIX encontramos, concretamente, a la familia Giner, que algunas décadas atrás había sido una familia de labradores como otra cualquiera, y un buen día lograron prestigio local al aumentar su caudal misteriosamente. L’agüelo Giner casó, en 1766, con Antonia Cerdá Cerdá, sobrina de Thomas Cerdá García, notario que fue de Sella. Más tarde, su hijo primogénito, José Giner Cerdá, casó con María Francisca Josefa Cerdá Cerdá, nieta del mismo Thomas Cerdá, de cuya unión en 1813 nació, en 1823, el único hijo varón, el senyor Toni Giner. Al no haber tenido más hermanos ni primos del apellido Giner, heredó el total del caudal que poseía su abuelo y su padre (nunca conoció a su tío Antonio, abogado, fallecido en 1819, a los cinco años queda huérfano de padre y a los nueve fallece su abuelo). Acabaría siendo criado por su madre y por su tía María Giner, afincada en Orcheta.
Su abuelo y su padre prefirieron no hacer mucho alarde de la fortuna, como se puede deducir, pero el senyor Toni cambió de parecer, y se embarcó en negocios que lo llevaron hasta la capital, Valencia, y de un modo u otro acabaría conociendo a los hermanos Llobet Beltrán.
De uno de aquellos viajes luego se contaría el siguiente fragmento, perteneciente a una canción popular sobre un sirviente de Antonio Giner llamado Vicent Solaneta:
Ell estava en amo en un gran cavaller
que de nom li dien don Antoni Giner.
Una vespradeta determinen d’anar a Valencia
en gran disconcordia, donde l’amo tenía la novia
en este discret, pues li dien Elvira Llobet,
mas a l’aplegar l’amo pensà atra cosa
i el va fer tornar.
Alrededor de 1855, Antonio Giner Cerdá y Vicente Llobet Beltrán (padre de Elvira) llegaron a algún tipo de acuerdo, y el 19 de enero de 1856 encontramos el otorgamiento de carta dotal de Elvira Llobet (que entonces tenía 13 años) en Valencia ante el notario Carmelo Marques Guerrau. Poco después contrajeron matrimonio en la real Basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia, naciendo en 1857 su primera hija en dicha capital, a la que llamaron Elvira (Olinda para la familia), bautizada en la parroquia de San Miguel, y que fallecería en la Plaza de Sella en 1885 a causa del cólera morbo.
Natividad Martínez dedica extensos apartados a la familia Giner. Por ejemplo, nos informa de que sacaron a Elvira Llobet de la escuela para casarla a los 14 años. “Ella era bellísima, su marido muy celoso. En el pueblo les cantaban canciones. Una de ellas decía:
No lleves Giner a Sella
esa flor tan delicada
que puede ser que se hiele
al pie del famoso Aitana.
La escritura notarial de Cartas Dotales empieza así:
“En la Ciudad de Valencia á diez y nueve de Enero de mil ochocientos cincuenta y seis: Antemi el Escribano y testigos infraescritos D. Vicente Llovet y Bertran Juez de primera instancia de Alberique hallado accidentalmente en esta Ciudad Dice: Que su hija Dª. Elvira Llobet y Gascó de estado soltera tiene concertado su enlace con D. Antonio Giner y Cerdá hacendado vecino de Sella provincia de Alicante y para que en todo tiempo conste lo que aporta á la sociedad conyugal, Otorga: Que a cuenta de ambas legitimas constituye en dote a dicha su hija la cantidad de veintiseis mil doscientos cincuenta y dos reales vellon en el valor de las ropas, efectos y alhajas que con su justiprecio se describen á continuación =”.
La larga dote se constituye, entre otras cosas, de 34 sábanas, 48 almohadas, 29 pañuelos, 24 camisas, 24 enaguas, 12 pantalones, 6 almillas, 12 peinaderos, 50 medias, 3 camisotones, 8 manguitos, 5 cuellecitos, 24 toallas, 12 delantales, 12 limpiamanos, 4 cubrecamas, 6 vestidos, 1 manteleta, 1 abrigo, 2 refajos, 3 cintas para corbata, 1 cómoda, 1 neceser, 1 piano, 1 colcha, 2 velos, 1 mantilla, 1 almohadón, 1 velo de mesa y 1 aderezo de oro con granates. Algunas de las telas son de Holanda, Irlanda, Escocia, Hamburgo y China.
Entre los distintos tipos de telas o productos utilizados encontramos elementos de algodón, de lienzo, de lienzo plugastel, de lienzo fino, de pita, de hilo, de percal, de manila, de glasé, de madapolán, de muletón, de pañete, distintos elementos de batista, elementos adamascados, de ojito de perdiz o de granito de arroz. etc.
Antonio Giner, por su parte, acepta dicha dote “y en atención á las recomendables circunstancias que concurren en la misma la ofrece en arras ó donación propter nupcias la decima parte de los bienes que tenga al tiempo de disolverse la sociedad conyugal […] Promete no disipar el caudal de su futura esposa y restituirlo á la misma ó a quien la representase […] Y siendo también presente la mencionada Dª. Elvira Llobet y Gascó previa la licencia que obtiene de su Señor Padre Don Vicente acepta con todas sus consecuencias el ofrecimiento de las arras que acaba de hacerle su futuro esposo. Así lo otorgan y firman, a quienes conozco, siendo testigos Don Fernando Gil y D. Pedro Pascual Marco ambos vecinos de esta Ciudad”.
Enseguida se nos viene a la cabeza la imagen de esta joven niña, que con 14 años llegaría al pueblo con un bebé entre sus brazos, junto a Antonio Giner y varios carruajes para traer toda la dote y otros productos a la inmensa casa de la Plaza de Sella, asombro de los labradores y vecinos que los vieran llegar. Cabe decir que cuando Antonio Giner se casó tenía 33 años, por lo que su esposa parecería más su hija y el bebé su nieta. Elvira, por su alta educación, imagino que encontraría extraño el ambiente rural de un pueblo como Sella de hace unos 170 años, y siendo tan celoso y dominante su marido, como nos relata Natividad Martínez, no dejaría que mucha gente se acercara a verla. Al parecer, nada más que salía de casa para ir a la iglesia, siempre con la cara velada, o para ir de viaje.
Entre las gentes del pueblo apenas encontraría con quien charlar o estar, además de que su marido, al parecer, no la dejaba juntarse mucho con nadie. Pensamos que, durante las visitas de los familiares y otros vecinos con caudal de las ramas Cerdá mantendría una cordial relación, a veces tocaría el piano para satisfacer el oído de las visitas y de su marido, y su mayor compañía serían sus hijas y alguna criada del pueblo.
Imaginamos que, pese a ser hija de Juan Thous, durante algunos años incluso recibirían bien a Catalina Thous Cerdá, por ser ambos, Toni y Catalina, sobrino y sobrina nieta de Desamparados Teresa Cerdá Catalá (hermana de Félix Vicente Cerdá, abuelo de Catalina), es decir, familia cercana. Catalina, después de quedar huérfana de madre, realmente la criaron sus abuelos y tías Cerdá de Sella.
Por la parte de los Llobet, el padre de Elvira, don Vicente Llobet Beltrán, era natural de la parroquia de Santa Cruz de Valencia, nacido alrededor de 1815, hijo de Vicente Llobet Tomas y Josefa Beltrán Besante, y casó con Josefa Gascó Fontanelles, en la de San Martín de Valencia alrededor de 1840. Su madre Josefa, nacida en Pego en 1815, falleció en Sella el 28 de enero de 1885 a las seis de la mañana en la Plaza, a causa de un cáncer de matriz, era domiciliada en Valencia.
Su padre, Vicente Llobet, era, según declara en su testamento de 1872, abogado, médico y propietario, y era vecino del Pueblo Nuevo del Mar, partida del Cañamelar, en Valencia, donde vivía con su hermano Luis, Abogado de los Tribunales del Reino. También tuvo otro hermano llamado Antonio, del que no sabemos más.
En su mismo testamento de 1872 encontramos algunos detalles curiosos. Sobre don Antonio Giner declara que “á mi hierno Don Antonio Giner le presté tres crecidas cantidades en los años mil ochocientos cincuenta y seis, y cincuenta y siete, para sus necesidades y obra de la bodega de la heredad titulada del Arc en el termino de Sella por tiempo de seis meses en que se obligó á devolvermelas y no habiendo podido conseguir la devolucion de una de ellas en cantidad de diez y seis mil reales ó sean cuatro mil pesetas, cuyo recibo ecsiste entre mis papeles, á pesar de las reclamaciones que le he hecho ocasionandome graves disgustos y perjuicios por haber tomado de ellas sobre mi credito y haberlas tenido que pagar…”. Después le lega a su hermano Luis “mi sortija de oro en forma de culebra, mi bastón con puño de oro y caña de indias y mi libreria”.
Sobre su único matrimonio con Josefa Gascó, primero dice que se casaron sin gananciales, y, más tarde, “lego el quinto de todos mis bienes derechos y acciones á Doña Dolores Gascó y Fontanelles en propiedad y de libre disposicion, en consideracion y recompensa de los grandes y esmerados servicios que me ha prodigado por mas de veinte años; siendo mi espresa voluntad, no se la moleste bajo concepto suponiendo retenga ó conserve efecto alguno de mi propiedad, puesto que, viviendo aquella en compañia de Don Nicolas Chornet, cuanto existe en su casa no me pertenece, mas como dicho Chornet, es mi apoderado y administrador tengo el despacho de mis negocios é intereses en la casa que aquel habita en esta Ciudad”. E instituye como única y universal heredera a su hija Elvira.
Vicente terminó siendo Juez de Primera Instancia en Castellón de la Plana, donde falleció en 1879.
Forzosamente también debemos mencionar al abuelo de doña Elvira, el médico Vicente Llobet Tomás, nacido en Valencia el 21 de agosto de 1788 y fallecido de cólera el 10 de septiembre de 1834. Casó con Josefa Beltrán Besante, fallecida en 1858. Estudió Filosofía en la Universidad de Valencia, más tarde estudió Medicina, con excelentes resultados. Ejerció de profesor sustituto algunos años en distintas disciplinas médicas hasta que, en 1814, fue nombrado disector anatómico titular. Al final de su vida recibió una cátedra de Anatomía en la Universidad de Valencia. Según declaraciones de un alumno suyo, dejó incompletos varios manuscritos sobre anatomía que sus hijos nunca se atrevieron a hacer públicos ni a continuar, y dejó una imponente biblioteca, que sus hijos después ampliaron con obras de sus respectivos oficios.
Árbol genealógico de los Llobet. Albert Rubio Rubio, 2024.
Viuda Elvira Llobet en 1873, vendió los bienes que sus hijos heredaron de su padre Antonio Giner, y Vicente Llobet le dio a su hija 46.766 pesetas y 75 céntimos “para atender á la alimentacion, educacion y cuidado de sus hijos menores y demas urgencias del momento”, cuya cantidad debía devolver dos meses después de obtener autorización para enajenar los bienes de sus hijos y venderlos.
A decir de Natividad Martínez sobre la pobreza en que cayeron, comentaba que “fue un verdadero desastre económico. Todo lo vendieron: tierras, casas, coches, enseres, mosaicos… hasta los portales de sus viviendas que eran de mármol. A decir de la propia señora Elvira, ni mantilla para ir a la iglesia les quedó”.
Elvira Llobet falleció en Sella a las ocho y media de la noche a consecuencia de Insuficiencia mitral el 15 de junio de 1915, con 72 años de edad, y fue enterrada al día siguiente.
Los descendientes todavía la recuerdan como la mamá.
Albert Rubio Rubio
Referencias:
- Protocolos notariales de Carmelo Marques y Guerrau de 1856. ARV. Sig. 9042 (f. 125r-130b). Cartas dotales de doña Elvira Llobet.
- Protocolos notariales de Francisco Pastor y Alcina de 1872. ARV. Sig. 11557 (f. 145-147v y 149-153v). Testamentos de Dolores Gascó Fontanelles y Vicente Llobet Beltrán.
- Más información en línea sobre Vicente Llobet Tomas: https://ca.wikipedia.org/wiki/Vicent_Llobet_i_Tomàs
- Martínez Llorens, Natividad. Sella, Historia y Costumbres. Págs. 227-231, acerca del senyor Toni Giner.
- Expedientes de juicios verbales, año 1883. AMS. Sig. 386/4.