Una saga de Auroras desde 1812 hasta la actualidad

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Aprovechando la reciente celebración de las Fiestas Patronales a la Divina Aurora, quiero recordar una saga de Auroras en mi familia por más de 200 años, una historia familiar rescatada gracias a la investigación genealógica y documental, que ensancha mi sentimiento de unión a la patrona.

Inauguró esta historia, en primer lugar, la llegada de la Divina Aurora al pueblo de Sella en 1805, siendo desde entonces que empezó a imponerse el nombre de Aurora a las recién nacidas. El párroco de entonces era José Martínez Abellá, quien tuvo una sobrina, Heduvige Alpuente Martínez, nacida en Sella en 1764, que casó en 1779 con Tomás Sergio Alemany Pérez, antecedente de gran parte de los Alemany del pueblo.

Rostro de la Divina Aurora actual. Fotografía propia (2021).

Su hija primogénita, María Rita Alemany Alpuente, casó en 1781 con Juan García Llorca, sellardo mitad vilero por parte de madre, y decidieron ponerle el nombre de Aurora a su cuarta hija, nacida el 11 de abril de 1812, que desgraciadamente falleció después de nacer.

A la quinta hija decidieron llamarla María Aurora, en honor a la patrona y a su anterior hermana, nacida el 4 de julio de 1813. A la sombra espiritual de su hermana homónima, la siguió joven al cielo el 14 de junio de 1835, a los 21 años de edad, posiblemente a causa de la infección de cólera morbo que por entonces se había extendido por toda España. Suerte que había casado en 1832 con Tomás Llorca García, dejando una sola hija, la cual se llamó Rosa Llorca García.

Rosa creció huérfana, y cuando tenía diez años, su padre volvió a casar en Callosa d’En Sarrià con Francisca Valls Martínez, con quien tuvo dos hijas, emigrando todos años después a Orán, no regresando nunca. Rosa, por aquel entonces, ya había casado en 1851 con Joaquín Solbes Baldó y vivían en arrendamiento en la masía de Saleres de Baix, con una explotación ganadera. Su primera hija se llamó María Rosa (en honor a la abuela paterna), y la segunda se llamó María Aurora (en honor a la difunta abuela materna). Otros hijos suyos fueron Joaquín “tío Chimo” y Teresa Solbes Llorca.

María Aurora Solbes Llorca nació en 1856 y fue a casar con José Ivorra Giner en 1874, asentando su hogar en la calle de Jesús nº. 1. Falleció en dicha calle en 1933.

En 1881 les nació Ambrosia Aurora Ivorra Solbes en la calle de Más Abajo, nº. 33 (casa de la abuela Rosa). Casó en 1900 con Alejandro Soler García y emigraron a Campdevànol (Gerona), donde falleció en 1964. Tuvo, entre otros, a Adela Aurora en 1904, fallecida en 1910, y a Aurora en 1913. Ésta y sus hermanos tiempo después trabajarían en fábricas.

Aurora Soler Ivorra de joven en Badalona. Fotografía que envió a su abuelo José Ivorra Giner hacia 1940. Archivo familiar.

Por otro lado, el último hijo de María Aurora Solbes, Vicente Ivorra Solbes “Vicent l’Apunyalà”, casó en 1934 con María Encarnación Seva Morales, viuda. Tuvieron una sola hija, mi abuela, Aurora Ivorra Seva, la que en 1964 tuvo a mi madre, Aurora Rubio Ivorra, último vástago de este linaje de Auroras nacido de la llegada de nuestra patrona y de la sangre del párroco que la bendijo.

Aurora Ivorra Seva. Archivo familiar.

A estas alturas, ya se cumplen más de 200 años desde que empezó esta saga de Auroras, con un total de seis mujeres así llamadas desde 1812, transmitido de abuela a nieta excepto en el último caso, que es de madre a hija. Un nombre que es herencia familiar y cultural de la Sella de aquella época, que se ha transmitido en la genética hasta hoy, originado en la religiosa intención de perpetuar la devoción a nuestra patrona en la descendencia de la que fuera la familia del párroco José Martínez. Los apellidos han ido variando, pero la procedencia ha sido clara y perpetuada.

De manera paralela, también se transmitió el nombre de Aurora en la familia de mi bisabuela María Encarnación Seva, emparentada con la maestra de niñas Aurora Climent Sellés (a quien ya se le dedicó un artículo: https://elcabilo.com/larxiu/2020/07/18/descubriendo-a-la-maestra-aurora-climent-selles/). Una hermana de dicha maestra casó con un tío de mi bisabuela, y tuvieron, entre otros, a Aurora Seva Climent, cuya descendencia quedó en Santomera (Murcia), y dando a la saga a nuevas Auroras, cuyo nombre se remonta a nuestra patrona, como signo identificativo de su origen. Una de las últimas Auroras en Murcia es Rosario Aurora Martínez.

Retrato de la maestra Aurora Climent en su esquela funeraria en 1948. Archivo familiar.

Albert Rubio.