La Fiesta de Santa Bárbara de 1959

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Ya han pasado las fiestas en honor a Santa Bárbara de este año 2021 con muy buen tiempo, cosa que se agradece (aunque la maldición del “boix” nos persiga todavía). Hagamos un repaso a las fiestas de 1959, de las que, aunque no hay muchos datos, podemos hacernos una idea de cómo fueron.

Santa Bárbara, 2021.

En el Archivo Parroquial se conserva un documento compuesto de dos hojas sueltas, fechado a 15 de diciembre de 1959, donde se detallan los ingresos para las fiestas de Santa Bárbara de dicho año, además de añadir algunos detalles curiosos.

Aquel 4 de diciembre de 1959 se celebró misa en la ermita, la campanita revolteó fuerte con la fuerza de los chicos entusiasmados por hacerla revoltear. Ya por la tarde se subió la imagen, con el viento que haría y se cantaron los Gozos en la ermita.

Campanar de la Ermita. Década de 1960 (Arxiu de Sella)

Unos 216 donantes donaron, en total, 2.139 pesetas (que haciendo la suma vemos que en realidad son 30 pesetas más, que se perdieron en un limbo) para costear los gastos de las fiestas. La mayoría de las personas, unas 119, donan una cantidad de cinco pesetas, unas 49 la cantidad de 10 pesetas, unas 11 la cantidad de 15 pesetas y unas 19 la cantidad de 20 o 25 pesetas, otras 14 donaron una cantidad de entre 2 y 13 pesetas, y otras 3 la cantidad de 50 pesetas. La mayor cifra es de 195 pesetas que se donan del baile que hubo (una especie de recaudación alternativa, quizás hecha por alguna comisión, me imagino).

Procesión de Santa Bárbara. Década de 1970 (Arxiu de Sella).

Ese año, como es costumbre, acompañó la romería la banda de música, para la cual se destinaron 1.010 pesetas. Para la procesión destinaron 150 pesetas. Y destinaron 125 pesetas para cuatro bares, o sea, 10 pesetas para el de Vicente Mas, 77 para el de José García, 25 para el de Juan Rubio (l’Apunyalà o Bar Oriente) y 13 para el de Vicente Rubio (Bar del Cine Avenida), ambos Rubio mis abuelos. Otra cosa que no podía faltar era la “Cordà” en la calle Valencia, para la que destinaron 500 pesetas.

Los mayorales fueron Tomás García Seva y José Tomás Cantó Berenguer y el párroco fue José Pérez Blanes Pbro. y Cura Ecónomo, que apenas hacía un año justo que había empezado su labor en Sella.

Mientras tiene lugar la romería y una vez se baja de la ermita no pueden faltar los cohetes y petardos, y para este año uno de los encargados fue el propio Juanito Rubio Baldó (ya mencionado en los bares), que, por referencias personales, siempre tuvo gusto por estas cosas desde joven.

Cohetes artesanales (Arxiu de Sella)

Una persona destacable es el fotógrafo, el llamado Hernández, que estuvo presente en estos actos religiosos, por lo que debe de haber algunas fotografías por el pueblo.

Otra cosa a destacar de las donaciones es la diversidad de familias que participaron. Normalmente en las listas de donaciones que he visto se repiten muchas familias (Sebastiá, Berenguer, Cerdá, García…), pero aquí podemos ver a muchas más. Algunas personalidades o personas a destacar pueden ser los hermanos Salvador y José Catalá Alemany (Canonge), José Tomás Cantó Giner (Carabuena), Joaquín Alós Dauder, Hernán Lizón Pertuza, varios hermanos Sebastiá, José Orquin (Pepito), José Algado Llinares, Álvaro García García (el del molí), Juan Picó Mas (Fonda), Juan Santamaría Devesa, Manuel Román García, Martín Soriano Marco, Vicente Seva Morales, Vicenta Pérez (Maestra), Vicente Soler Ronda, Ramona García Mas, Braulio González, Arturo Catalá García, Tomás Villaplana Cantó, Antonio Fenollar Mollá, Francisco Honorato Finestrat, José Miguel Sebastiá (l’almarsserer), Pedro Ferrer Catalá, etc.

Y de entre todos, como dije antes, tres personas donaron 50 pesetas, mayor cantidad sin contar la del baile. Los donantes fueron Vicenta Pérez (Maestra), Vicente García “Bar” y Vicente Olcina Ortiz.

De las 2.139 pesetas hubo un gasto total de 1.835, y las 304 pesetas sobrantes fueron destinadas a los ingresos para la restauración de la Ermita, que tardaría en ser restaurada, pero esto nos asegura que la intención de reacondicionar el lugar estaba latente desde mucho tiempo atrás.

Una narración de las fiestas de 1959, a partir de documentación conservada en el Archivo Parroquial de Santa Anna.
Vista de la entrada y el Altar lateral de la Ermita. 1964. (Arxiu de Sella

Albert Rubio Rubio