El dia de l’arbre de 1962

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La festa o dia de l’arbre ve celebrant-se en Sella des de fa més d’un segle, quan trobem les primeres notícies de plantacions fetes pel moviment juvenil de Los Exploradores. Enguany volem recuperar una narració de la festa de l’arbre celebrada en l’Ermita fa 55 anys, redactada pel recordat mestre don Jesús Soler Ronda.

Un dia de l’arbre en l’Ermita, a finals dels anys 60 (Familia Soler)

 

Reseña de la Fiesta del Árbol celebrada en esta villa de Sella el día 10 de febrero de 1962

Con el mayor entusiasmo celebróse en esta villa, el pasado domingo de febrero la Fiesta del Árbol, con motivo de una plantación de pinos verificada en la colina del castillo. A la hora prevista, cuatro de la tarde, reuniéronse en la Plaza Mayor los niños y las niñas de la escuela, formados en dos filas con sus maestros y autoridades, presididos por la bandera de la Patria.

Organizada la comitiva y a los acordes de la banda municipal trasladáronse autoridades y niños, seguidos de un gentío, al montículo de la ermita de Santa Bárbara. La tarde era limpia y luminosa, los almendros en la plenitud de la floración embalsamaban el ambiente y el sol lucía esplendoroso, como en los mejores días de mayo. Llegados a la ermita, improvisóse la tribuna sobre un peñasco, desde el cual nuestro querido párroco don Vicente García Correcher, bendijo los arbolitos, plantados días antes. A continuación lo niños, Ernestina Agulló García y Antonio Alemany Cerdà recitaron hermosas poesías, alusivas al árbol, que fueron premiadas con una salva de aplausos.

Acto seguido, el maestro nacional don José Jesús Soler Ronda, con palabra sencilla, puso de manifiesto la gran importancia del arbolado para la prosperidad y grandeza de la patria. Haciendo ver los inmensos beneficios que nos proporciona e instando a las autoridades para que procedan a la plantación de muchos árboles, en las afueras del pueblo, en los bordes de los caminos, en las orillas de los ríos, junto a las fuentes, alegrando y embelleciendo este hermoso rincón que nos vio nacer. Finalmente nuestro querido párroco, con esa naturalidad, con esa gracia y donaire que sabe dar al relato, nos refirió la historia de un arbolito, que fue transportado a un pueblo de las tierras resecas y salitrosas de Chile. En aquella región tan refractaria al desarrollo vegetal, el arbolito languidecía y casi se moría de sed. Pero los habitantes de aquel pueblo, que incluso tenían que traer agua de lejos para la bebida, no regatearon esfuerzos y sacrificios y hasta se privaron muchas veces de beber para regar el arbolito, que poco a poco fue creciendo convirtiéndose en un árbol hermosísimo, admiración de las gentes de aquella región. Pues bien , prosiguió diciendo el señor cura, al igual que los habitantes de aquel pueblo de Chile, los niños de Sella tienen que sacrificarse por este arbolito, regándolo y cuidándolo para que un día no muy lejano esta hermosa colina se convierta en frondoso bosque. Los estampidos de una traca subrayaron las últimas palabras del señor cura y al son de alegres pasodobles regresamos al pueblo, donde el la Plaza Mayor, frente a la iglesia, con un fuerte grito de “VIVA LA FIESTA DEL ÁRBOL” finalizaron los actos.

Jesús Soler Ronda

El “pi del tio Julià”, plantat fa un segle per l’explorador Julià Seva, és un dels arbres més vells de l’Ermita. La resta de pins menuts pertanyen a diverses campanyes del “dia de l’arbre”

Nota:

[quote]El text de Jesús Soler es troba al llibre De mi vivir: poesia y prosa (1997), on es recullen alguns dels seus escrits amb una edició limitada a l’àmbit de la seua familia[/quote]